En el vertiginoso mundo del emprendimiento, donde la incertidumbre es la única constante, la filosofía estoica emerge como una herramienta poderosa para forjar no solo empresas exitosas, sino también emprendedores resilientes y centrados que se convertirán en empresarios exitosos.
Recientemente, en mi podcast “Never Give Up”, Jorge Herbert comparte una visión del emprendimiento profundamente arraigada en los principios estoicos.
A continuación, las lecciones más valiosas de esta conversación.
La Conciencia como Cimiento de la Responsabilidad
Una de las primeras reflexiones que Herbert comparte es: “Quien es consciente, es responsable”.
Esta idea sugiere que a medida que nuestras necesidades básicas se satisfacen, nuestro nivel de conciencia se expande.
Con esta nueva conciencia, adquirimos una mayor responsabilidad sobre lo que percibimos y, por ende, sobre nuestras acciones.
Para el empresario, ser consciente significa entender el impacto de sus decisiones y asumir la responsabilidad de las mismas, un pilar fundamental para construir un negocio sólido y ético.
La Valentía de Ser Libre
Citando al filósofo estoico Séneca, Herbert nos recuerda que “quien es valiente, es libre”.
En el contexto empresarial, la valentía se traduce en la audacia de tomar decisiones basadas en nuevos conocimientos y en la conciencia recién adquirida.
Esta libertad nos libera de los arrepentimientos y nos permite navegar el viaje emprendedor con una sensación de liberación, incluso cuando los resultados no son los esperados.
El Arte de Enfocarse en lo que Podemos Controlar
Un concepto central del estoicismo es la “dicotomía del control”, que nos enseña a diferenciar entre lo que está en nuestro poder y lo que no.
Herbert enfatiza que solo nuestros pensamientos y acciones están verdaderamente bajo nuestro control.
Los resultados de esas acciones, una vez liberados en el ecosistema, ya no nos pertenecen.
Comprender esto es clave para manejar la ansiedad, que a menudo surge de nuestras expectativas sobre resultados que escapan a nuestro control.
El “Fracaso” como Proceso de Alineación
La entrevista redefine el concepto de fracaso. En lugar de verlo como un resultado negativo, se nos presenta como un “proceso de alineación” [18:35] entre lo que creemos que debería suceder y lo que realmente es.
Esta perspectiva nos permite normalizar los contratiempos, viéndolos como pasos esenciales en la curva de aprendizaje de cualquier emprendedor.
El plan de negocios, en este sentido, no es un “salvador”, sino un “diario” que evoluciona con cada lección aprendida.
La Visión a Largo Plazo y la Importancia de los Hábitos
Herbert destaca la importancia de una visión a largo plazo, mencionando la “regla de los 7.5 años” [35:51] para la estabilidad de un negocio.
Esta perspectiva choca con la cultura de la inmediatez, pero es crucial para un crecimiento sostenido.
Además, citando a Aristóteles, nos recuerda que nuestro futuro está definido por nuestros hábitos. Los hábitos de un emprendedor son el reflejo más fiel de su verdadero potencial.
El Dinero como Consecuencia, no como Causa
Un cambio de paradigma fundamental que se propone es ver el dinero no como la razón principal para emprender, sino como una consecuencia de servir a los demás y ofrecer valor de manera consistente.
Cuando la visión, los sistemas y la propuesta de valor de un emprendedor están alineados, el dinero fluye de forma natural.
Conclusión: Un Viaje sin “Hubieras”
La entrevista concluye con un mensaje poderoso: vivir sin “hubieras” [52:57]. El viaje emprendedor, al igual que la vida misma, está lleno de decisiones.
El empresario estoico es un “artista de la toma de decisiones” que, a pesar de la complejidad y la incertidumbre, actúa con valentía y se perdona a sí mismo por los errores.
Al final del día, la paz y la felicidad se encuentran en saber que se ha dado todo, sin dejar lugar a los lamentos.
Te invito a reflexionar sobre estas lecciones y a considerar cómo la sabiduría estoica puede transformar tu propio camino como emprendedor.
